Proponen fomentar la tradición de las carretas en los colegios y aumentar los incentivos económicos
La bajada en el número de carretas ha encendido las alarmas. De 16 el año pasado se ha pasado a 13. La tradición de exornar carretas y galeras para hacer con ellas el camino acompañando a la Virgen de Valme puede estar empezando a perderse. Y es que cada vez los costes de preparación de las carretas suben más, dificultando que puedan ser abarcados por los carreteros. Este año se ha sumado la desgracia entre algunos carretistas de haber perdido un familiar y otros problemas personales que les han impedido exornar sus carretas.
El papel es la parte de la decoración que hace aumentar más el presupuesto de una carreta o galera. Este año los carreteros coinciden en señalar que las resmas de papel de seda han aumentado de precio, llegando a costar cada resma unos 20 euros. De media, sólo en papel se pueden gastar unos 600 euros en las carretas y aproximadamente la mitad en las galeras, dependiendo de la cantidad de flores de papel que lleven, en algunos casos, han contado hasta 22.000. Este año los carretistas dicen que una sola empresa se ha hecho con toda la distribución del papel, por lo que los precios, al no haber competencia han aumentado.
A las resmas utilizadas hay que sumarles los alambres que se usan para engarzarlas, unos 30 euros el rollo, más los contrahechos que se le quieran añadir, ya sean detalles de tuya, buganvillas o rosas fabricadas con papel o telas u otros adornos. En total, el gasto que tienen que afrontar los carreteros está entre 900 y 1.200 euros, aproximadamente. En el caso de los galeristas, aunque los costes pueden bajar en función de los adornos, tienen que pagar de su bolsillo las yuntas de bueyes, entre 600 y 700 euros. Las de las carretas las paga la hermandad, unos 11.000 euros este año.
Ganas, tiempo y dinero
No es de extrañar, pues, que cada año, la tradición de recorrer el camino en carreta o galera vaya desapareciendo, y es que, como aseguran los carreteros del Ave María, “los jóvenes prefieren llenar un carro del supermercado” y dejar a un lado la tradición. Las tres condiciones que tiene que reunir quien prepara una carreta son devoción, tiempo; que se le quita a la familia; y dinero, según comenta el veterano Boizo, que ha contado con la aportación económica de Manuel Alcocer, entre otras personas que no han querido hacer público su nombre.
Si no se produce un relevo generacional, las carretas de Valme podrían acabar por desaparecer, según los más alarmistas, acabando también con la idiosincrasia de una romería única, por lo que piden que el Ayuntamiento lleve a cabo algunas medidas para prevenirlo. A los carreteros les gustaría que se incidiera más en el fomento de la tradición desde la escuela, que fuera más allá de las visitas que se realizan a las naves del Ave María. Proponen dar a conocer cómo se hacen las flores de las carretas; algo totalmente desconocido para una parte de la población, que por provenir de fuera de Dos Hermanas no conoce las tradiciones populares de la ciudad.
El hecho de que no haya tantas niñas que quieran montarse en las carretas perjudica económicamente a los carretistas, que dejan de percibir el dinero que recibían y con el que cubrían buena parte de los costes.
Seda, telas y contrahechos
El material principal con el que se exornan las carretas son las flores ‘de pellizquito’, llamadas así por las vueltas que se dan a los 12 extremos cortados como pétalos. Hay quien las pulveriza con agua para compactarlas, y hay quien asegura que otros abusan del agua y amalgaman los pétalos, reduciendo las horas de trabajo en la preparación de las flores.
En el contrahecho la imaginación se deja volar, y este año se verán desde los más tradicionales adornos de tuya, con diversos dibujos de rosas o buganvillas de papel pinocho que parecen totalmente reales. Las efímeras ofrendas móviles cuentan este año con una carreta decorada en parte con tela, a cuya propietaria, Cristina, afirma que le pidieron participar para que no bajara más el número de carretas, y por la falta de tiempo se vio obligada a complementar las flores con tela. A pesar de ser diferente a las demás, o quizás precisamente por eso, “los carreteros antiguos dicen que es muy valmera”, según Cristina, y es que hace más de una década que no salían carretas de tela.
Lo cierto es que este año, ya sea por no poder afrontar los costes o por problemas familiares, han sido tres las carretas que se han quedado bajo techo, esperando una nueva oportunidad el año que viene. Y es que la labor de decorar una carreta o galera es constante durante todo el año. Los que llevan ya 32 años en este ‘trabajo’, no piensan tirar la toalla, aunque miran con tristeza que cada vez son menos los que están dispuestos a tomar el relevo cuando las fuerzas les fallen. La recompensa a su trabajo les llegará el domingo, cuando las carretas luzcan como la mejor ofrenda que han podido hacer a la Virgen.