María Isabel García se reafirma en la hipótesis de que su padre retiene a Josué
Sus compañeros de instituto estuvieron presentes en la concentración con pancartas
Un año de titulares avalan la importancia mediática de su desaparición
Previo a las 11:00 horas, hora prefijada para la rueda de prensa, en la sala de juntas se palpaba la expectación mediática. Era la primera vez que María Isabel García, madre de Josué Monge, comparecía públicamente en rueda de prensa, aprovechando la celebración del primer aniversario de la desaparición de su hijo. Visiblemente emocionada, acomapañada por su fiel amiga y portavoz de la familia, Loli Martínez, y el concejal de Participación Ciudadana, Raúl Gil, Isabel hizo su aparición rodeada de familiares, amigos, así como de un buen número de medios de comunicación.
Envargada por la emoción y el nerviosismo, temerosa de no poder decir todo lo que le pasaba por su cabeza, Isabel optó por leer una nota que había redactado para la ocasión. En ella, Isabel insistía en que “desde el primer momento vengo diciendo que no se ha ido por su voluntad y que la persona que nos los arrebató a sus hermanos y a mí, está por ahí tan tranquila viviendo su vida y sin dejar que él viva la suya”. De ahí el lema de la concentración, ‘Por la libertad de Josué’, aseverando, como ya ha salido en algunos medios de comunicación, que “su padre tiene que ver con su desaparición. El que Antonio desapareciera 13 días después que mi hijo y no haya dejado ni rastro, sólo refuerza lo que yo he presentido y trasmitido a mis familiares, amigos y a él mismo antes de que se fuera”.
Otra de las pruebas que avalan la hipótesis de que Josué está con su padre, según María Isabel, es “que tras su desaparición, me entero por su amigo que habían retrasado la hora para verse porque tenía que trabajar con su padre. Mi instinto de madre pensó en Antonio como principal sospechoso porque Josué no solía mentir”. A esto, prosigue una emocionada la madre, “se le une el comportamiento de su padre en esos 13 días y que no hizo más que reforzar mi sospecha”.
Para Isabel esta situación es un “verdadero suplicio, porque sé a ciencia cierta que Josué no está con él por su propia voluntad y que no lo tiene en libertad, si no mi hijo ya se hubiese puesto en contacto conmigo y con mi familia”. Su padre, apostilla María Isabel, “está enfermo y por ello vuelvo a solicitar la colaboración ciudadana. Os necesito para que mi hijo vuelva a casa y sea libre. Por favor, ayúdenme”
Isabel no quiso olvidarse de su “familia, de las personas que he tenido cerca durante este año y a los medios de comunicación. Sigo necesitando vuestro apoyo, por favor no olvidéis a mi niño”. El seguir luchando, apostilla, “es lo que me hace seguir teniendo esperanzas”.
Apoyo institucional
Durante la comparecencia pública, ante la que Isabel fue superada por los nervios y la emoción del momento, estuvo apoyada por las instituciones municipales. Desde el Ayuntamiento de Dos Hermanas, la Concejalía de Participación Ciudadana, representada por su concejal, Raúl Gil, e, incluso, el propio alcalde, Francisco Toscano, que se acercó posteriormente a la manifestación para darle su apoyo.
Asimismo, también compareció en la rueda de prensa un representante de la Policía Nacional, el Inspector Galván, quien no quiso hacer ningún tipo de declaración sobre la situación en la que se encuentra la investigación, alegando que sólo estaba allí para darle ánimos a María Isabel.
“Mis hijos y yo vivíamos en un infierno”
Con estas palabras ha definido María Isabel García la situación que se vivía en el seno familiar antes de la desaparición de su hijo y marido. Según la madre, “dos semanas antes Josué quería irse a vivir a la casa de mi madre porque no soportaba la situación de su padre. Mis hijos querían que yo me divorciara”. A la pregunta de una de las periodistas presentes en la rueda de prensa sobre posibles malos tratos, físicos o psicológicos, Isabel no quiso entrar en el tema, alegando que “lo que yo he vivido, mis hijos y yo lo sabemos”.
María Isabel añadió que su marido “estaba obsesionado con Josué en los últimos meses. Mi hijo no era un niño rebelde, era como cualquier adolescente de su edad, lo que pasa es que no estaba de acuerdo con el comportamiento que tenía su padre”.