Si hubiera de nombrar de forma drástica,
escueta, singular, determinante,
a la última semana en un instante,
tendría que tildarla de fantástica.
Y no es por no encontrarle parangón
o ser sus siete días glamurosos;
lo cierto es que éstos fueron tan curiosos
por el uso de la imaginación.
Usted pudo además, imaginar,
en presente, en futuro y en pasado
¿no me cree?, pues es lo que ha pasado
y entre versos lo habrá de comprobar:
Por un lado, los sueños en presente,
se ungieron con la esencia y la frescura
de la siempre total literatura
que ha ofrecido Hispacón recientemente.
Sacó también futuras ilusiones
la chistera del SAS, que entre sus metas,
inventa tecnológicas recetas
–¿será que vienen ya las elecciones..?–
Finalmente, los sueños del pasado.
Visitando la casa de la Almona,
se ve como soñando se artesona
la voz del recorrido y del ahínco,
gritando que son ya setenta y cinco
los años decididos a crecer
unidos a la madre y a la hija,
mostrando con orgullo la sortija
del voto en igualdad de la mujer.