Identidad oculta

0
- Publicidad -

película El secreto de Anthony ZimmerEL SECRETO DE ANTHONY ZIMMER

Ya lo hemos dicho en alguna ocasión, pero debemos reiterarlo, la cinematografía europea que está más en forma sigue siendo, mal que nos pese, la francesa. Cierto que en todos los países (incluido el nuestro, por supuesto) se hacen buenas películas, y que en todos (incluido el país vecino) se ruedan cintas pésimas. Pero en el porcentaje de filmes buenos de los rodados, salen ganando los galos.

Francia, 2005.
Título original: Anthony Zimmer
Director: Jerôme Salle.
Producción: Olivier Delbosc, Marc Missonnier y Alain Terzian.
Guión: Jerôme Salle y Laurence Couturier
Fotografía: Thibault Grabherr.
Música: Frederic Talgorn.
Montaje: Laurent Piron y Richard Marizy.
Duración: 90 minutos.
Intérpretes: Sophie Marceau (Chiara), Yvan Attal (François Taillandier), Sami Frey (Akerman), Gilles Lellouche (Müller), Daniel Olbrychski (Nassaïev), Samir Guesmi (Driss), Dimitri Rataud (Pérez). 

Esta cinta recién estrenada, El secreto de Anthony Zimmer, es una buena muestra de buen cine de género, de cómo hacer una buena película de suspense, un buen policíaco, con todos los ingredientes necesarios, sin caer en la redundancia, en el tópico, ni dejar esa sensación tan francesa de ‘déjà vu’ en el espectador. Al contrario, la cinta engancha casi desde el principio, y conduce por caminos engañosos, confusos, para, al final, sorprender con un inesperado giro (ligeramente forzado) pero que no deja indiferente.

- Publicidad -

Anthony Zimmer es un estafador que se encuentra perseguido por todas las policías del mundo, e incluso por la mafia de varios países. Su gran ventaja es que, tras someterse a una compleja operación estética, nadie conoce su nuevo aspecto, con lo que puede pasar desapercibido en cualquier lugar. En la carrera por cazarle, Akerman, un policía francés, tiene una ventaja, ya que conoce el único punto débil de Zimmer: una enigmática mujer llamada Chiara, por la que él arriesgaría su vida. En una cita entre ambos, consciente de que es perseguido, Zimmer envía una nota a la chica, en lugar de presentarse él, en la que le pide que, para despistar a sus perseguidores, aborde a un desconocido, para que todos crean que éste es Zimmer. El elegido será François, un hombre corriente, que acaba de ser abandonado por su mujer, y que cae rendido y fascinado ante la sensual Chiara, sin saber que acaba de entrar en una espiral de la que puede que no salga con vida.

Sophie Marceau (esta es la sexta de sus cintas, al menos, de la que hablamos aquí) borda su trabajo, la gata que juega con el ratón, un personaje con todos los ingredientes de la femme fatale del cine negro (esos gestos, esas miradas, esa desenvoltura al pedir habitación en un hotel de lujo…). Es sin duda la mejor intérprete del filme, en el que Yvan Attal (con una gran interpretación también) queda lejos de su parteneire, quizás fascinado también por quien tiene enfrente.

El guión juega con dos barajas, engañando al espectador, que cree haber descubierto el truco del juego que está viendo, para descubrir que le hab engañado, que le han hecho mirar hacia otro lado para distraerle y hacerle el cambio frente a sus narices. Y este es el punto fuerte de una cinta que se ve con gusto, que se disfruta de principio a fin.

- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!