El Algarve más popular

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algarveTurístico, pero con hermosas playas

Este recorrido nos llevará a la zona del Algarve más conocida, turística y mundialmente visitada. Es aquí donde se encuentran algunas de las playas más bellas de todo el Algarve.  

La ruta la realizaremos por las localidades de Albufeira, Portimao, Alvor y Lagos, descubriendo algunos bellos rincones que se encuentran salpicados a través de su costa.

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Desde que atravesamos la frontera, y entramos en territorio lusitano, las playas que nos vamos encontrando son largas, anchas y llanas, pero al llegar a Albufeira los acantilados hacen su presencia.

Situada sobre una pequeña colina, Albufeira es una bonita localidad donde sus casas blancas se apiñan en torno al mar, desde lejos se ve la gran invasión de hoteles sobre la costa, dejando como en un segundo plano a los bellos lugares, que antaño, y antes de que el turismo invadiera este lugar destacaban sobre la costa.

La mezcla entre turistas venidos de centro Europa, nórdicos, y de otros tantos destinos, contrastan con la gente del lugar, unos altos, rubios y con piel blanquecina, y otros morenos, aclimatados al fuerte sol de la zona.
Albufeira es un típico pueblo de pescadores, por la mañana los barcos recién llegados de alta mar, traen su mercancía, y acercándose todos a la lonja depositan los muchos peces que traen entre sus redes. Horas más tarde lo que era una playa de pescadores se convierte en un hormiguero de bañistas y turistas. Sin dejar un espacio libre entre sombrilla y sombrilla, la playa en pocos minutos se ha transformado en una verdadera sartén.
Las playas de Oura, Falesia y otras tantas, se llenan con miles de visitantes, y todos con el mismo propósito, tostarse al sol.

Con cientos de hoteles, de todas las categorías, lujosos restaurantes, campos de golf, centros comerciales, salas de fiestas y un sinfín de verdaderas joyas para disfrutar del ocio, Albufeira es sin lugar a dudas un destino perfecto para todos aquellos que se quieran impregnar del bullicio de un lugar turístico.
Por suerte, se esconden bellezas naturales en las grutas que se forman en los acantilados, y que compensan la visita a este contrastado lugar.

Siguiendo la costa, junto a Albufeira, son muchas las playas que se nos van presentando,  quizás la de ‘Galé’, original y distinta, es una de las más bellas. Sobre la arena, unas rocas de grandes dimensiones, se asemejan a ciertas figuras, dando un ambiente fantasmagórico.
Nos dirigimos ahora hacia Portimao, para ello deberemos tomar la autopista y a unos 40 kilómetros llegaremos a nuestro destino.

Hablar del Algarbe es hablar de Portimao, inmenso, gigantesco, donde a medida que nos aproximamos, los grandes edificios, a veces con mas de treinta plantas, se divisan en el horizonte.
Playa de Rocha, la más importante, célebre y conocida de todo el Algarbe, y quizás la más visitada de toda la costa.
Son miles, las personas que visitan este lugar todos los años, atraídos por el atractivo turístico, aquí no falta de nada: Casinos, parque de atracciones, lujosos hoteles, carísimos restaurantes, centros comerciales… y todo un enjambre de ocio. La playa con sus grandes rocas desprendidas y salpicadas por el mar, es quizás la más fotografiada de todo el Algarbe, físicamente atractiva, pero un tanto desmedida por toda la avalancha de turistas.
Pero en la otra orilla del río, Ferragudo es la otra cara de la moneda, pequeño, acogedor y con una influencia pesquera.  

Sobre una pequeña colina, el pueblo se extiende hasta alcanzar la iglesia. Tras un pequeño laberinto de callejuelas, llegamos a lo mas alto desde donde se puede divisar una inmejorable vista sobre las playas, el mar y la desembocadura del río.

Junto a Portimao, y después de pasar las pintorescas playas  de Vau y los tres imaos, llegamos a Alvor. Ubicado sobre un pequeño cerro y mirando al mar, es un lugar tranquilo y agradable para alojarse.
La población de Alvor se encuentra situada a cinco kilómetros de Portimão. Es una villa pintoresca con sus casas blancas y sus barcos amarrados en la Ría. De obligada visita son su Iglesia y la Ría de Alvor, una de las zonas húmedas más importantes del Sur de Portugal.

Por último, Lagos, en sus inicios pueblo de pescadores y luego de navegantes, su historia ha estado vinculada siempre al mar. El Municipio cuenta con algunas de las mejores playas de Portugal. Meia Praia y los arenales de Dona Ana y do Camilo

Es en la orilla derecha de la desembocadura del río Bensafrim, donde se eleva Lagos, una de las ciudades más bellas del Algarve. Andando entre las ruinas de sus murallas se descubre la importancia que en su día tuvo esta villa, con su fuerte militar y sus innumerables iglesias, entre las que destaca especialmente la de San Antonio, cuyo interior está cubierto de azulejos y de talla dorada. Tal es la belleza de este templo, construido en el siglo XVIII, que los lugareños afirman que es la iglesia más bella de todo Portugal.

La costa de Lagos está catalogada como una de las más bellas del Algarbe. Hay que verlas todas, desde arriba, sobre los acantilados, y desde el mar, navegando en los muchos barquitos allí existentes.

Nos situamos en Lagos y recorriéndola en dirección Cabo San Vicente por la costa, la primera playa que nos encontramos es la de Anna, quizás una de las más famosas y con las típicas rocas sobre la playa. Siguiendo la ruta siempre por los acantilados llegamos a la playa do Camilo que tras bajar exactamente 200 escalones, pisamos una hermosa calita desde la que se puede pasar a otra atravesando por un pequeño túnel entre la roca.
Ya en la punta de Piedad, y casi de forma obligada cogeremos una barca, que tras pagar 10 euros por persona, nos llevará por las muchas grutas allí existentes. La vista de la costa desde el mar es impresionante, y solo de esta manera se pueden contemplar algunas playas totalmente inaccesibles desde el interior.

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